Infinito
Sofía Montserrat Pérez Gómez

Me llamo Sofía Montserrat Pérez Gómez.
Nací en Ronda (Málaga) en 1973.
He cursado estudios de EGB, de ESO, y primer curso de Bachiller, en centros de estudios de mi ciudad.
Me considero una persona constante en todo aquello que me propongo. Me apasionan las letras. Mi género en el que mejor me muevo es la poesía o prosa poética, y los poemas. Aunque no descarto escribir otros géneros literarios.
Siempre me atrajo el mundo de las letras, aunque no fue hasta 2022, cuando publiqué Infinito. Mi primer libro de poemas.
En el año 2023 he participado en varios concursos de la Editorial Diversidad Literaria, siendo seleccionada en todas aquellas Antologías, lo que ha hecho que siga sumando momentos y seguir escribiendo a diario.
Mis relatos y poesía se encuentran en los siguientes libros;
-Libripedia V de 26 de mayo de 2023.
-Universo de Libros de 07 de junio de 2023.
-Escritos al Alba VII de 26 de junio de 2023.
-Ellas de 12 de julio de 2023.
-Pongamos que
hablo de Andalucía de 23 de agosto de 2023.
-Microatardeceres VI de 29 de agosto de 2023.
-Porciones
del Alma IX de 24 de octubre de 2023.
Amanecer en un Campo Amapolas publicado en febrero 2024.
Antología de relatos y poemas cuyo tema principal es el amor.
En colaboración con otros autores.
Libro “INFINITO”
Pero lo más importante ya lo hice.
Perder el miedo,
tener la valentía,
enfrentar al mundo,
dentro de la poesía.
¡Recuerda, has venido a este mundo a VIVIR,
pero nunca dejes de leerme!
(texto del epílogo de Infinito)
Sentimientos que nacen de dentro.
A veces, rabia, decepción, dolor, verdad o amor, desilusión o vivencias, es lo que Infinito lleva en su interior. Hecho con corazón y para el corazón.
No será el único, no se quedará en el primer poemario que llegue, ni las primeras letras que salgan de mí, para que vosotros, los lectores podáis disfrutar de ellas al mismo nivel que yo he disfrutado haciendo este pequeño Infinito.

POEMAS
Somos agua de lluvia
Somos agua de lluvia en un día de invierno,
que fluye en un cauce, sequía de amor.
Somos la luz que damos a la persona
que tenemos al lado.
Desvelo de medianoche, sonrisa a las cuatro de la mañana,
desvelo con ojos color infinito,
desvelo que viene y va,
desvelo que, sin querer, te lleva a un lugar perfecto
para ver, tocar, sentir, besar, amar…
Escuchas una canción y te lleva a tu persona favorita,
lees un poema y te imaginas un momento a su lado.
Das un portazo, no te olvides,
no te olvido, no dejo de oírte en la madrugada.
Me has dado la experiencia de un momento inexplicable.
Solo tú has sido especial.
Tienes mucho, sí,
pero dejas caer siempre un no,
dejas ir unos labios,
dejas de sentir unos besos,
esos que puedes, que quieres
que jamás lleguen, pero que has sentido tener,
dejas de ver, de hablar, de soñar y de sentir.
Tienes un no y nunca un sí.
Desvelo, ojos color infinito,
desvelo al amanecer.
Te beso, un beso por y para querer.
Mis fotos contigo
Tengo cargada la retina de fotos contigo.
En mi memoria, conversaciones interminables,
en mi corazón, momentos vividos.
Todas ellas hablan de la vida,
esa que tú y yo hemos compartido
aunque breve espacio de tiempo haya sido.
Pero a mí lo que más me gusta
es que nunca vas a caer en el olvido.
Porque hay personas increíbles, que dejan huella,
que por más que pase el tiempo,
ni se borran, ni se marchan,
ni forman parte ese olvido.
Tengo en mi memoria esas letras ordenadas,
frases, conversaciones en versos y en poemas,
incluso algunas forman parte de las canciones.
Canciones compartidas
en este espacio breve de tiempo.
Esas letras que, si las transformas,
son tu vida junto a mí,
y la mía junto a la mejor persona.
Sí, esa eres tú, con todas esas fotos
retenidas en mi memoria.
Uno de mis libros
Acabo de coger uno de mis libros.
Lleno de polvo estaba del tiempo pasado por él.
Acabo de coger unas páginas escritas
que tienen forma para meterme en ese papel
que huele a viejo, a añejo,
incluso hojas secas tienen dentro.
Acabo de coger ese libro para no romper mi rutina
y llenarme de momentos, momentos bonitos,
llenos de aventuras y algunos, de sufrimiento.
Historias quizás vividas, capítulos que parecen míos,
mensajes ocultos en letras, días,
incluso tardes de invierno,
pasando por frases llenas de amor,
de desamor y de sentimientos.
Acabo de coger un libro, ese con olor a viejo,
para vivir cada momento,
para ocupar eso que es mío, algo llamado tiempo
que antes, por otros motivos, había dejado aparcado,
pero nunca de ellos me había olvidado.
Páginas de color amarillas, esas de olor añejo.
Este es mi momento llamado tiempo.
Tejiendo
Tejiendo sueños estaba hasta hace unas semanas.
Ahora son pensamientos que salen de esta alma mía
sin dejar de hacer eso que más me gusta,
encontrar en mi soledad esa aguja
que me hace crecer.
Tejiendo sueños me encontraba
y seguirán siendo sueños,
porque lo que se sueña con ganas
siempre llega, aunque sea en la madrugada.
Tomando forma están esos sueños tejidos.
Formando letras de una abecedario suelto y revuelto
que, al final de cada línea, tienen sentido en la vida.
Tejiendo sueños estaba cuando llegabas sin avisar
para llegar a formar parte de una vida
que estaba ya acomodada.
No necesitaba más palabras que las tuyas.
No quería que todo fuese de color de rosa,
porque cuando amas no cortas unas alas.
Tú, la rosa; yo, ese ángel de la guarda.
Tejiendo sueños que no quiero terminar
porque ahora se han roto
al irte lejos de aquel lugar
en el que te encontré y que desapareces sin avisar.
Tú, esa rosa, la que no quiero cortar,
porque su olor es parecido al perfume
que guardo en mi olfato y apenas sin apreciar.
Yo, ese ángel de la guarda, malherido y sangrando,
roto el alma y corazón que le costará afrontar.
Tejiendo sueños en mi soledad,
acompañada de esa aguja
que me ayuda a dar forma a todos
y cada uno de ellos.
El vestido
Ese vestido a los pies de la cama,
con olor a perfume, ropa desordenada.
En una habitación llena de luces y sombras,
junto a la ventana.
Ese vestido encima de una cama,
inquietudes encontradas,
amor descontrolado,
cuerpo desbordado, al pie de la ventana.
Un escritorio con notas,
llenas de borrones y otras arrugadas.
Ese olor a perfume.
Un vestido…
De encontrar en otro cuerpo
lo que quizás siempre amaba.
Ángeles
Ángeles somos ahora, ángeles de alas rotas.
Ángeles que ya no suman, ángeles en una derrota.
Caminos perdidos por malentendidos,
ángeles y alas que ya no son una.
Herida de sangre brota de ellas,
cubiertas de apósitos, tiritas y cremas,
esas que no arreglan lo que las palabras niegan.
Ángeles éramos de madrugada, al caer el sol,
y en una primavera.
Alas desplumadas, alas las mías, al sentirse aterrada.
No hay explicación alguna
a esos caminos sin encuentros,
ni encuentros a esos caminos perdidos.
No hay vida, no hay alas, no hay caminos,
no hay verdad.
Caminar de la mano era uno de nuestros sueños,
unidas por el corazón,
que no palpita por esas alas rotas.
Ahora ya es que ni soñar puedo.
Ángeles, con alas rotas, ángeles… en una derrota.
Celos
Celos he tenido hoy, al ver tu mirada,
de saber que se posan en otros ojos
que no son los míos.
Distraído has estado en esta cena romántica,
en la que los dos queríamos algo más
que ese plato tan delicioso
que hemos compartido.
Celos he sentido de no poder tocarte
como habría querido.
De no rozar mi cuerpo con el tuyo,
aunque sea por encima de la ropa,
de la que yo te hubiera despojado
con un chasquido de dedos,
la que yo te hubiera quitado
tan solo con un sorbo de mi boca
para llegar a ese placer que los dos necesitamos.
Celos me has hecho sentir
porque pensaba que ya te habías olvidado
de todo lo que un bonito día ambos vivimos.
Hoy he entendido que no ha sido así,
y que aún andas peleando por tenernos,
por tener este lío de sábanas que ambos queremos
y que nos falta esa chispa
para llegar a tener un placer eterno.
Celos he tenido hoy al ver tu mirada
por saber que son otros ojos los que te persiguen
y a los que tú amas.
Celos he sentido de no ser ese afortunado
de poder quererte todos los días de la semana.