Sara Vidal Tanaka
Sara Vidal Tanaka (Madrid, 1989). Hija de padre español-uruguayo y madre japonesa, tiene el corazón repartido entre Nerja, Madrid, Asturias y Kamakura (Japón). Licenciada en medicina, ha tenido múltiples trabajos a lo largo de su vida.
En 2021 inicia un paréntesis vital en Japón, de donde vuelve al cabo de año y medio pero continúa en su búsqueda mientras recuerda el poema “Renuncia”, de Hugo Múgica. Actualmente está formándose como interventora estratégica para ayudar a otros a sanar heridas del pasado mediante desbloqueos emocionales.
De intereses variopintos, la escritura siempre ha estado presente en su vida de una forma u otra.
MUELLES
Vuelven los monstruos
A saludarme desde escondites de mi pasado
Vuelven los monstruos, pero no sé
Si me saludan desde el fondo de mis entrañas
Un narciso invertido
Al borde del abismo del ser y del estar
Miras, pero no alcanzas a ver el fondo
Te arrodillas y el vértigo te ciega
Cuatro, cinco y sé…
Noventa muertes y un recién nacido
Siente, ocho y diez
Mil penas y dos consuelos a deber
¿He de conocer la flor en su esplendor
Para valorar su belleza cuando se marchita?
¿Y QUIÉN ES ESE NIÑO?
Ése que se sienta a tu lado
Que mira el mundo, tranquilo,
Que a veces se tapa con las manos los oídos
Que se encoge de hombros en la cama
Que sonríe, o no,
Mientras observa a su alrededor
Que siempre va caminando contigo
Indisolublemente junto pero separado
Que apaga las velas una vez más
Por cada año que dejaste de cumplir
Tu muerte
Pequeña figura que se adentra en la media infancia
Que sigue creciendo lo que dejaste a medio hacer
Tu pequeña muerte
A la vera de tus perennes veintidós
Un soplo de aire vivo
Por cada día y recuerdo extinto
Tu anónima muerte
Tan tabú como poco reconocida
Inocente como la vida misma
Incluso cuando deja de estar aquí
CASI
De “casis” está llena la vida:
Casi lo llamo.
Casi le escribo.
Casi se lo digo.
Casi nos vemos.
Luego, hay otros “casis”:
Casi llego tarde.
Casi dejo que se vaya.
Casi no se lo digo.
Casi se me escapa la vida.
“Casis” que nos hacen vivir al filo de la existencia, cayendo a veces a un lado, a veces al otro.
Por si acaso, a veces anunciamos nuestros “casis”. Por si acaso fueran consuelo:
Casi me llama.
Casi me escribe.
Casi me lo dice.
Casi nos vemos.
De “casis”, en realidad, está vacía la vida.
PALABRAS FRÁGILES
Hablan de esquinas que girar
Cuando el miedo no manda
O sí, manda, pero se desobedece
Sé que el miedo no es el camino.
¿Alguna vez lo es?
Pellizquitos de realidad contra la imaginación
Sin espacio en el tiempo ni en el corazón para tener lugar.
El azul de las lagartijas
La crin de un caballo negro
En forma de pincel al final del pico
De un gorrión de acuarela
Crecen setas sobre el piano,
pobre y aburrido de tanto silencio y poco vibrar.
Crecen setas sobre el corazón,
pobre y aburrido de tanto gris y poco latir.
Preludios. Presentimientos. Previsiones. Preamores. Predolores. Pre-sente.
Equinoccios que están fuera
De la jurisdicción de nuestros corazones
Pero aun así los perseguimos
Cómo no, cómo no
Si las espigas de trigo aún no se han dorado
Esta paz boba que nos acabará matando
Esas palabras frágiles que no(s) terminarán saliendo
ESPACIOS
Entre tus puntos suspensivos y mis puntos suspendidos
Se alzaba una cortina de silencio de terciopelo
De esas que pesan una tonelada y media
Densas como las tierras que escupen fuego
Entre tus buenas noches y mis buenos días
Había un mundo de hilos dorados
De cordeles rojos, de frágiles fibras
Pero ninguno habíamos aprendido aún a tejer
Entre tus signos interrogantes y mis signos exclamados
No había espacio para el asombro
Solo una callejuela que nos invitaba
A reinventar el apellido de una noche de otoño
Entre tus guiones olvidados y mis barras tendidas
Había una arroba de trigo fermentado
Había una diéresis con esencia de cigüeña
Había una sonata de Mozart en forma de mármol
POMPA DE CRISTAL
La ilusión era una pompa de jabón
O eso creía yo
La ilusión era luz delicada
Flotando en el aire
O eso quería creer yo
Pero era una pompa de cristal
Era una pompa de cristal tan fino
Que cuando las palmas de mis manos
Intentaron acogerla en su seno
Se rompió en mil cuarzos
Mil cortes en la frágil piel
Ya no hay iridiscencia
Mil heridas a sangrar
Ya no brilla la luz en su ser
Y maldices esas notas que te recuerdan
Lo que intentas desterrar de tu memoria
Y maldices cada rincón de esta tierra
Tan vacía de todo y tan llena de su ausencia
¿Duele más lo que fue,
O el sueño de lo que pudo haber sido?
Miente tan bien el corazón a la mente
Cuando sabe lo que quiere…
Ciega, cegadora ceguera
Nada es sino cuanto quieres que sea
Nada es sino todo cuanto darías para que fuera
De nuevo en ninguna parte
De nuevo en viejos lugares conocidos
De nuevo sin novedades en cada amanecer
De nuevo corren, turbios, los ríos
Aire
Inspiras y contienes y no te mueves
Confiando al cielo la esperanza
Agua
Tiembla cuando tus manos creen asir
Lo que siempre se les escurre
Tierra
Caes, no en silencio, no con elegancia
Caes, hincando rodillas, manos y frente
Caes, rezando para que al menos tus lágrimas
La rieguen y algún día puedas dar las gracias
GESTACIÓN DE UN FINAL Y UN PRINCIPIO
Soñar con regresar sin haber terminado de partir
Alberca de tristeza sin luz
Inagotable fuente de agua
Se quiebra la dureza
Se ablanda el Ser
Empieza a entrar luz
Pierdes, pierdes, ganas
Pierdes, ganas, pierdes
Y seguir
Un queso, la lluvia, centenas de pájaros
Una oruga que no llegó a volar
Un olor a lavanda amiga
De cuando la mariposa se desintegra en polvo
…y del polvo nace la esencia de otro Ser
PROPORCIONES
Me dicen: escucha
Y hablo
Me dicen: calla
Y oigo
Llueven mensajes vacíos de estas nubes
Cansadas del picor en sus ojos al mirar cada amanecer
Cansados los amuletos de tanto proteger sin ser protegidos
Cansadas las patas de conejo de no poder saltar
Duele el diciembre oscuro antes de ver la nieve
Separando las uvas de las campanadas
Qué más da, qué mas doy, qué más das
Si al fin los gigantes caben en cajitas de música
Como un cactus en el Ártico, cúpula del alma
Desgastada cual mentira mil veces contada
Llaman al timbre pero no es el hijo perdido
Croan las ranas y aquí nunca deja de llover
Encadenado a este tablero de ajedrez
Ríe el demonio con su carrera ganada
Ojalá la afonía del gato fuese una cerveza malentendida
Verde caricatura de un maullido incomprendido
Me dicen: sigue
Y paro
Me dicen: piensa
…Y decido sentir
SI MIENTES
Se destiñen los recuerdos felices
Hasta ser grises como los años ’30
Houdini, ¿dónde estás?
El nudo bajo el corazón y las costillas
Nunca hubo labor más inmensa
Que deshacerlo para volver a respirar
Abro la boca por cada palabra que me falta
Cierro los ojos por cada palabra que me sobra
Muerdo el aire y grito a los trigales infinitos
Por cada segundo de ausencia incomprendida
Al suelo
Otra vez en el suelo
Doy media vuelta, miro al cielo
Pero no me responde
La silueta de esta peña milenaria
Santa compañera de mesías y dinosaurios
Santa antes de ser bautizada como tal
Santa testigo de nuestra efímera existencia
Busco
No sé qué encontrar y me detengo
En una esquina, esperando no esperar
Me redundo y redundo
Amanece y la Tierra sigue su curso
Mientras yo vuelvo a sentir una semilla:
La de las huidas
La de las canciones
La de los inicios
La de los despertares
INVIDENCIA
Aguzaba el oído para sentir posarse
Los copos de nieve en mi paraguas
Como suaves mariposas invernales
Olí la llegada de la primavera
Oyendo las copas de los árboles llenas de hojas bailar
Sentía el viento en mi cara como un cuarteto de viento
Oía tus pasos, la llave girar en la cerradura de casa
Como una contraseña anunciando la llegada de la felicidad
Sentí tu sonrisa en mi mano
Quise guardarla en mi palma para siempre
…Desde que no puedo verte
El mundo ya no gira a la misma velocidad