Rúben Marques

Rúben Marques nació en un pueblo del municipio de Alcanena, Portugal, en el año de 1994.
En 2024 publicó el libro de poesía «Rastros de Existencia».
Cuenta con varias participaciones en antologías y revistas de poesía.
Ha desarrollado varios trabajos en el ámbito de la poesía blackout, con exposiciones realizadas.
Amante del arte en general, además de escribir, también encuentra pasión en la fotografía.
Mi paz
Protegeré mi paz,
Perdí mucho para ganarla.
Inmolé creencias, percepciones y pertenencias
Que me ataban a la identidad,
Entregué el ego al fuego
Y abandoné las cenizas al viento.
Sin nexo para cubrirme,
Deambulé expuesto
En la noche oscura del alma,
Que clavaba castigos y enseñanzas
En mis huesos carbonizados
Hasta el tuétano sustancial.
Nauseoso de forjar el nacimiento
De mí mismo,
A través de los dolores
De la impermanencia y del crecimiento,
Desperté.
No olvidaré la lección sacrificial
De mi muerte.
El peso de la responsabilidad
Llega a casa al final del día.
El rostro enmascara la fatiga,
Pero las manos callosas denuncian
El trabajo continuo y paciente
De levantar y sostener
Los pilares de la estabilidad.
La aspereza del pragmatismo
Ofusca el sacrificio
Y los restos de una sombra
Mutilan la sinceridad de las palabras,
Obligando el lenguaje de afecto
A un gran acto de servicio.
Tal vez la afirmación de una palabra
Fuera más transparente
Que cientos de gestos
Silenciosamente invisibles.
Tal vez el mensaje solo se note
En las primeras brechas de la firmeza.
Conflito de interesses
Opuestos —
Me cuesta la aceptación
Y me balanceo indeciso
Entre el rechazo de tus métodos
Y el socorro de tus implacables arrebatos.
Soplas en mi oído
Los impulsos de la rebelión,
Que no defiendo,
Pero repito y necesito.
Si de mí brotas
Y de mis secretos
Te alimentas y creces,
No será tan divisoria
La discordia que nos desgarra,
Ni tan intransigente el acuerdo
De coexistencia.
Después de todo, solo revestimos las dos caras
De la misma moneda compartida
Para pagar el precio absoluto
Del carrusel de la vida.
Palabras desnudas
Admite,
No hay nada más conquistador
Que la verdad.
No hay nada más excitante
Que una fascinación confesada
Brotando en la boca
Y comprobada en las pupilas penetrantes.
El ruego invocado sin pudor
Justo al lado del oído,
Fulminando un escalofrío como rayo
Que agita cada nervio hasta los cimientos.
El grito rebosado sin contención
Estremeciendo todo a su alrededor.
La relajación que confiesa lo indecible.
Cuando disfrutares de esta claridad,
Nada te satisfará tanto,
No exigirás nada más ni nada menos
Que la verdad.
Evitando el destino
Intento no agotar el celo por la vida.
El movimiento del globo tiene un peso
Para el que no hay medida exacta,
Es una incógnita que persigue
Y de la que nunca se sale ileso.
Se afina hoy una fórmula resolutiva
Previendo que solucione,
Pero mañana, sin razón aparente,
El ávido inconformismo
Acaba por cambiar la variable de la ecuación.
Los números ya no sirven
Ni las operaciones esclarecen…
Voy probando el encadenamiento,
Aunque no afiance resultado cierto,
Pero si un día…
¿De las cuentas nunca más sobrar deseo,
Solo cansancio?
¿Entonces cortar, deliberadamente,
Un hilo vascular
Que deshaga la red de la vida?