Naufragio
Cristina Carrizo Altuzarra
www.cristinacarrizoaltuzarra.es

Cristina Carrizo Altuzarra, natural de Pamplona y actualmente residente en Madrid, es licenciada en Periodismo y tiene un Máster en Gestión de Empresas de Comunicación. Desde 2015 dirige su propia agencia de marketing digital y compagina su labor empresarial con la formación en marketing y la facilitación creativa. Además, ha impartido talleres de Escritura Creativa para jóvenes y de Escritura Creativa Terapéutica para mujeres.
En 2020, su primer poemario, Imperdible, tuvo una excelente acogida, llegando a ser el libro de poesía de autora más vendido en Amazon durante varios días y logrando una segunda edición al año siguiente. Ahora, con Naufragio, Cristina se consolida como una voz poética contemporánea, capaz de transmitir con sensibilidad las complejidades del amor y la vida.

Sobre Naufragio
Una historia de amor es una obra poética que aborda el amor desde una perspectiva emocional profunda. Cristina Carrizo describe cómo todos, en algún momento, experimentamos un «naufragio», un momento de pérdida y sufrimiento emocional. Sin embargo, el libro también resalta la capacidad del amor para salvarnos y devolvernos la esperanza. A través de una estructura narrativa que simula una travesía marítima, el poemario se divide en cinco fases:Rompeolas es la euforia del enamoramiento; Oleaje, la tormenta de la ruptura; Resaca es el dolor del duelo; A flote marca el inicio de la superación; y En calma es la serenidad que abre las puertas a un nuevo comienzo. A través de estas etapas, la obra muestra cómo el amor tiene el poder de salvarnos del naufragio y devolvernos la esperanza.
La simbología de la portada
La portada, diseñada por María E. Yagüe representa una historia de amor imposible a través de la imagen de una sirena y un humano. Este último ha aprendido a respirar bajo el agua, simbolizando la unión de dos mundos diferentes que requiere esfuerzo, respeto y cuidado. La postura íntima y abrazada refleja el amor y la conexión que caracterizan la obra.
Frase destacada
“No hay pena que el mar no arrastre” resume el espíritu del libro: incluso las penas más profundas pueden ser llevadas por el tiempo, dejando espacio para la calma y la renovación.
POEMAS
OLVIDO
Yo si quieres te olvido,
pero los recuerdos se vienen conmigo.
Puedo olvidar tu nombre,
que la suma de sus letras cabe en los dedos de mi mano
y que la última vez tu cumpleaños cayó en sábado.
Puedo olvidar tu número de teléfono,
la talla de tus calcetines
y cómo se te rizaba el pelo en verano.
Pero, dime,
cómo hago para deshacerme de las mariposas
que anidaron en mi tripa,
borrar la sonrisa que dibujaron tus labios
y quitarme esta estúpida manía de quererte tanto.
Si quieres te devuelvo las fotos,
el imán de Cádiz de la nevera,
tu cepillo de pelo
y el atrapasueños que compramos en Formentera.
Pero, dime,
cómo hago para devolverte las olas que saltamos,
los conciertos que gritamos,
las lágrimas que besamos
y este echarte tanto de menos.
Que sí, que si quieres te olvido,
pero déjame los recuerdos
de nuestro primer beso,
de nuestro verano en invierno
y de las noches sin freno.
Yo te olvido,
pero los recuerdos son míos
y esos no te los devuelvo.
AMORES
Hay amores que se agarran en la garganta.
Otros, que no pasan de debajo de tu falda.
Unos se convierten en eternos por ser primeros
y otros, se prenden en el pecho.
Están los intempestivos,
los de olor a cubata
y los de no me acuerdo.
Unos saben a nuevo,
son torpes, atropellados,
que se enganchan entre los dedos.
También hay viejos,
sin prisa,
que se conocen el camino
con los ojos abiertos.
Están los de no deberías,
pero quiero.
Los quiero, pero no puedo.
Los que saben a recuerdo,
a canción de verano,
los de saldo y esquina
los de verdad y de mentira
Están los que suenan a mar,
los llenos de dudas,
los de te querré siempre
y los que sabes que nunca volverán.
Hay algunos que vienen en tiempo de descuento,
y tienen mucha prisa por llegar.
A muchos les puede culpa
y los menos saben cuándo será el final.
Existen tantos amores como formas de amar.
EMOCIONARIO ANIMAL
A veces la pena se me agarra al cuello
como una mona temblorosa.
Ella llora y llora.
Yo la acaricio y la peino.
La consuelo y la mimo
hasta que se suelta
y se enreda entre mis dedos.
Otras es el miedo,
que sube por la espalda
recorre mi piel como una araña de patas largas.
Silenciosa, sigilosa, tenebrosa.
Paraliza mi cuerpo,
anuda mi garganta.
A veces es el enfado
el que revolotea en mis costillas,
como un pájaro enjaulado,
se siente fuerte en la tripa.
Bate sus alas, golpea mis sienes
quiere derribar las paredes.
Otras, viene la alegría,
más divertida,
cargada de mariposas de colores
que me hacen cosquillas
en los pliegues de mi barriga.
Lo mejor, cuando llega el amor,
como gato curioso,
suave y silencioso
rozando sus bigotes con mi rostro,
deslizando su lomo contra mi torso.
Emociones animales
recorren mi cuerpo
libres, puras y salvajes.