Identidades

Luz López

Luz López, de nacionalidad colombiana, australiana y francesa. Profesión abogada, con maestría en Relaciones Internacionales, Análisis Político, y Relaciones Públicas Estratégicas. Trabajó como funcionaria del gobierno colombiano y australiano en temas de justicia enfocados a los derechos humanos y derecho de los refugiados. Desde el 2019 se encuentra radicada en Francia donde es profesora de Estudios Culturales. Actualmente se encuentra escribiendo su primera novela.

Instagram @luzluminousvibes


Identidades

Sería más fácil confesar que en todas partes sólo veo la ciudad de mi infancia, la finca de los abuelos, el limón mandarina con sal que nos comíamos mientras nos escondíamos de los adultos en las noches de luna llena, allá cerquita del río que tenía un pequeño caudal que llamábamos ‘el chorro de la fantasía’.

Aquí no encuentro el mar caliente, ni el mango biche con sal, el café negro y oloroso que solo existe allí, porque está mezclado con sus propias flores, porque es cogido a mano limpia, el centro de amor de mi familia, el idioma que me identifica con esa identidad dulce y a la vez sufrida que es ser colombiana. Allí permanecen mis papás, Los amigos, la fruta fresca tropical, los atardeceres tempraneros, la superstición, las historias de terror en las noches de nubes negras, la interrupción cada tres segundos en una conversación, la opinión sin filtro pero sincera, las palabras ‘cariño’, ‘melcocha’, ‘parcero’. Al mismo tiempo aquí esta todo, porque: ‘La France s’est construite au fil de l’histoire para la volonté de plusieurs générations de femmes et d’hommes qui ont toutes, contribue à lui donner son identité aujourd’hui…’ Francia. Una nacionalidad poco esperada, una puerta que se abrió encadenada a las circunstancias de cuando conoces el qué y el quién que te cambia la vida. Aquí es mi casa, porque el hogar está donde la familia se encuentra, o eso dicen. Allí, gente aquella de toda la vida que todavía me extraña. Aquí, una errante con una misión, el pasar la antorcha del prisma multicultural a una nueva generación. Lenguas nativas, historias mezcladas, identidades desdibujadas pero con lenguajes más interiores y suficientes. ¿Será posible? El nacionalismo todavía amenaza, como una sombra que se cierne bajos cielos oscuros cuyos rayos matarían a quien ose desobedecer. ‘Être française’ y lo que quiera que aquello signifique. Identidades. Ojos turquesa que otorgan los privilegios sociales. Ojos negros que empatan con pobreza y exclusión. Identidades cambiantes. No son las de antes. Los nietos de la Francia nacional optan por una multicultural. Ya no quieren oír hablar de una sola raza, ni un solo idioma, ni comida, paisajes, ni identidad. Quieren pertenecer al mundo. Quieren tocar la tierra de todos los continentes, líneas políticas perdidas en la paz. Olor a lavanda, café, azafrán. Quieren esparcir sus cenizas en el mar. Identidades. Ciudadanos del mundo. A los que nos niegan tal posibilidad se les responde: La unión es más fuerte que la razón. Identidades. Es mi trabajo, aquí, no allí, ahora, por ahora.