Luis Estrada Arce

@luis_estrada.raw

Luis Estrada Arce (Heredia, 1999).
Emergente autor costarricense, dedicado a la poesía, los cuentos y el periodismo. Lo que escribo brota de mi propia experiencia, pues la mejor fórmula literaria suele ser nada más que la honestidad, el resto es pura alquimia. Con ello cumplo el único deber del escritor: escribir bien.


Murámonos Martina

Murámonos, Martina
murámonos ahorita que estamos juntos
sintiéndonos cerquita que nos tape la neblina
que nadie vea que nos vamos a caminar con los difuntos

murámonos, Martina
pero murámonos ya ya, rapidito
antes de que las dudas se nos vuelvan rutina
destruyámonos en un coito fulminante y expedito

murámonos de curiosidad
quitemos el candado a nuestras cárceles
exploremos estos cuerpos hasta su última unidad
ya después no importa si son mustios cadáveres

murámonos en el vuelo
de nuestra alma enamorada
caigamos en la trampa, mordamos el anzuelo
es mejor morir por algo que no morirse de nada

ya la noche viene dejando su rocío
ya la Muerte nos puso su guadaña en la cabeza
amémonos pronto para no morir de frío
y por favor no nos muramos de tristeza

murámonos, Martina
aquí acurrucados que nos cobije el viñedo
total no merecíamos esta vida
sabiéndonos enamorados y teniendo tanto miedo.

Cuerdo flojo

Me gusta mucho como existes
como una mariposa entre las flores

me gusta mucho como ríes
estridente y sin censura

me gusta mucho tu locura
me gustas cuando te quejas
cuando gritas y cuando sonríes

me gusta mucho como eres
ausente de cualquier atadura
me gusta tu voz como pueblo
adversa a toda dictadura

me gusta cuando caminas
inquieta como vendabal
ese humor estrafalario tuyo me fascina
y también tu gusto musical

me gusta mucho tu locura
y tu forma de pensar
me gusta porque me aflojas la cordura
me das pie para volar

me gusta mucho tu mirada
con la que fácilmente me sonrojo

¡me gustas!
y andando sin cuidado

cualquier día este cuerdo flojo
puede caer
profundamente
enamorado

Tercetos de desamor

¿Adónde van ustedes cuando el amor se acaba
se van rumbo a la montaña
o se van a la costa brava?

¿cuál es su refugio cuando el amor los engaña
esconden en el bosque sus pasos heridos
como los lobos con sus lamentos y sus aullidos?

y si deja de florecer el rosal
cuando se pone gris el cielo
presagiando el doloroso vendaval

cuando este sopla y se derrumban los anhelos
¿adónde refugian su mancillado corazón?
¿acaso en la estrechez de la razón?

¿en dónde se escudan del rayo que retumba?
quizás en el estruendo fatal de la tormenta
o en el silencio profundo de una tumba

¿adónde van ustedes cuando la pena se alarga?
yo me voy a la costa brava
llorando en la mar amarga

La condena de Calíope

Vagando irás por el mundo
recitando poemas de amor
sobre tus alas siempre pesará
[el amargo «no» rotundo
por amar a quien no te ama
[pajarillo cantor

adonde llegues serás segundo
ningún corazón tu casa será
escribirás sobre el amor
[dulce y fecundo
lo cantarás de puerta en puerta
[mas ya nadie te abrirá

tu recompensa será justa
como la sabiduría de los
[anacoretas
la gloria de tus letras
[tendrá honra de robusta
y serás para siempre
Poeta entre los poetas

No es lo mismo

La primavera, sí
pero los pájaros que emigran
no es lo mismo

El verano, sí
pero los árboles heridos
no es lo mismo

El otoño, sí
pero las hojas moribundas
no es lo mismo

El invierno, sí
pero la tierra inerte
no es lo mismo

y el arcoíris, sí
pero las nubes grises

las canciones
pero los lamentos

las películas
pero los finales

las flores
pero los floreros

las palabras
pero el silencio

estar juntos
pero sin vernos

no es lo mismo.

El sueño, sí
pero el insomnio

el verso, sí
pero la herida

el poeta, sí
pero su sombra

tu beso, sí
pero la despedida

nuestros ojos, sí
pero las lágrimas

vivir, sí
pero la vida

el mundo inmenso, sí
pero el suicida

no es lo mismo,
no es lo mismo.

Nosotros, sí
pero de espaldas
no es lo mismo.