Julio Torres Sánchez

@julio_torres_sanchez

Nació el 19 de abril de 1995 en la ciudad de Puerto Montt, Chile. Es Magíster en Inclusión e Interculturalidad Educativa, se desempeña actualmente como profesor de Lenguaje y Comunicación en su comuna natal. Como escritor ha participado de algunos eventos literarios, destacando el Tercer lugar en el Concurso Internacional de Microcuentos realizada en Lebu, Chile (2015). También ha colaborado en la Antología poética “Caminos Interiores” de la Editorial Dunken de Argentina, en la Revista Latinoamericana Mal de Ojo (Chile), Revista Montaje (Chile), Revista Kuma (Chile), Revista Alcantarilla (México), Revista Caminante (España) y en la Revista Laberinto de Estrellas (España), entre otros. A finales del 2023 será publicado su primer libro de poesía, denominado “Cavilaciones Tempranas”.


La he bendecida

Es verdad
                                                 en muchas ocasiones
he intentado leerte
algunos poemas,
sabiendo
                                                  desde mi dolor
que no entenderás ninguno.
Pero pienso
que soy ángel
o tal vez un mesías
                                                   mandado por Dios
Y no perderé ocasión
de imaginar la gloria.
                                                   Limpiaré
            las profundidades y
                                                  tus pecados
                                                  con la lengua.

Entre los prados eternos de la noche

Naces, creces; mueres
Y el mundo que te rodea
sigue siendo un niño
al que amaneces sin conocerle.

Neblinas de Alerce

Visibilidad contigua: de treinta años, o metros.
No se ve absolutamente nada.
PELIGRO DE CHOQUE
entre recién nacidos en las esquinas
y unos cuantos cabros de la futuro 4.
Zapatitos en los cables en el mar de la neblina
Dos choros intercambian las reliquias en su paradero.
TINIEBLAS
-se oye decir-
TINIEBLAS
Y luego una de Corintios
Ahí, en la prédica de las ferias
Espesa imagen del tacto/ Las migas de la patria
El perdigón en el género
Las hijas sangrando/piluchas/ rotas
en la testicular corteza del recuerdo de sus tíos.

Definiciones

Poesía es brujería
una estaca adornada por la llamarada
es el miedo al final abrupto
o la buena costumbre
de tener los ojos bien abiertos.
La poesía es la madre del pensamiento
mujer rebelde y enamorada
Una ladrona confesa
de los míticos besos
El chispazo de la muerte
que amaña en el freno de la temporada
La poesía es la flor de los desamparados
luz flecha del impuro, pero verdadero
es la hierba fresca, el sacrificio del cordero
la vibra perdida en la entraña de algún ocaso.
La poesía es la única riqueza del pobre
es la espada del valiente
y escudo del cobarde
la poesía es hambre
y también tiempo.
La poesía es el delirio
y lo que tengo para sanarme.

Temporales de fin de semana

Por cortejar
la esquizofrenia que me besa
Y que hace buscar en mí
una voz más precisa
menos
Virgen
algún verso que transite
escupiéndole a las bestias.
Sigo:

Reventándome los sesos
sentado en el sillón, hablándole a los poetas muertos
la música en el piano de mis lamentos.

Las fiestas no son para mí, se desordena la casa.
Afuera, les chorrea el tiempo
y a mí me basta menos de un minuto.
para pedirle disculpas

la pureza de este día, su temblor,
allá van las blancas y las negras
cuartas y octavas que barren la mugre
alojada en este recipiente de emociones
y eructo para limpiar al instante
cualquier residuo de pena:
Hoy, Payaso deprimido
en el circo de las bandurrias.

Un par de garabatos
que no escribo
y me pregunto
¿a dónde nos llevará el viento
con tan poca plata?
¿al vacío? ¿al ex de la nada?

Ante el amor y sus años
quise por la ventana entrar a la fuerza
sacando con un lápiz bic las bisagras

La desilusión nos hace niños
Y recuerdas.
Como cuando has olvidado las llaves
y quieres entrar a casa y tumbarte.

Porque quisiera estar dentro,
hasta que el alacrán tatuado en mi brazo
ya aparezca una mosca aplastada.
Cicatriz de un diluvio carnal.

Guardaré la basura en una bolsa
La dejaré en alguna esquina
de la pieza de alojados
-Me gusta llamarla así,
aunque en realidad sea solo una
pieza más chica-

con olor a pasto mojado

a la fruta de tu huerto
           al chicle masticado
o trueno de mis pensamientos.
Quédate piola me piden las paredes.

Te
      Lo
           Pro
                   Me
                         to.

                                Bajándole la escala.

Pisé descalzo las conchas
destrozadas por el delirio
Amanecí con el pecho
aplastado por la culpa.