Nocturna Córdoba
José Ignacio García de la Cruz Giménez
José Ignacio García de la Cruz Giménez nació en Córdoba el 21 de junio de 1992. Estudió Derecho en la Universidad de Córdoba y un máster de Dirección en Recursos Humanos en la Universidad de Antonio de Nebrija. Ha colaborado como coautor en el libro “Contra el Alzheimer el amor y mis versos. VIII Las poesías del Café del Alzheimer”. En mayo de 2024 publica su primer poemario “Nocturna Córdoba”. En este 2024 publica en las revistas literarias de “Autores”, “Santa Rabia Poetry”, “Revista Espejo de Agua” y la “Revista Kametsa”. También publica algunas de sus obras en sus redes sociales.
Sinopsis
“Nocturna Córdoba” es el primer libro de poesía que publica su autor. Se trata de una antología emocional y sensible. En sus páginas podemos contemplar diversos temas que el autor expresa de una forma más o menos velada, aunque entre ellos destacan el análisis introspectivo de las emociones, los sentimientos, el amor, las relaciones humanas o el paso del tiempo. La obra crea un marco y ambiente íntimo en la que muchos de estos temas se verán relacionados con lugares de esta ciudad milenaria patrimonio de la humanidad.
Poemas
XXI
Extensa cordobesa campiña,
viejo hogar de una encina
solitaria, alejada, silenciada,
sin árboles, arbustos, soleada.
Te alzas sola en llanura y tierra,
camino sobre ella; seca y agrietada.
Bajo tu sombra frescor en el alma.
Qué sola estás vieja encina apenada.
Sola, sin compañía,
con el aire en tus ramas,
sintiendo noche y día
la más soledad callada.
Vieja encina de la campiña,
me rodeo de personas que me hablan,
pero te aseguro que de mi vida,
solo oyen y no escuchan nada.
Ojalá pudiera ser como tú
y vivir bajo tu misma luz,
solitaria y alejada;
que no sola y abandonada.
XXVI
La rosa vive sin ser consciente de ello
crece y forma sus espinas, hojas y ramas
hasta que madura se ve y sus flores haya.
Naciendo siguen sus pétalos y aroma,
sus colores y fragancia adornan la flora
y el jardín de la rosa se hace bello.
Crece sola con sol, tierra y agua a deshora
mas un día llegará que sus raíces le fallan,
sus flores marchitas caen sus hojas
y un tallo seco sin ninguna belleza adorna.
Llenó el jardín y vacío lo deja ahora.
Llenó de belleza y ahora no queda nada.
Fue así su sencilla vida sin ser consciente ella
de la belleza que dejó y el recuerdo que deja.
XLI
Te recuerdo.
Mi mente no se acostumbra
a no verte ni tenerte,
por eso cuando todo se tumba
quisiera poder verte.
Te recuerdo.
No sé si me olvidaste.
Ojalá no me perdones,
así nunca olvidarías
lo que perdiste aquel día.