La dependencia
Eva Vázquez Tarrío

Eva Vázquez Tarrío nació en Oviedo en 1991. Tras licenciarse en Medicina, se trasladó a Madrid, donde trabaja actualmente en anatomía patológica, una especialidad médica centrada en el análisis de tejidos y células para diagnosticar enfermedades y apoyar el tratamiento de los pacientes.
Amante de la lectura desde su infancia, ha encontrado en la escritura una manera de explorar su creatividad y reflexionar sobre las emociones. Además, disfruta de la danza, una pasión que le permite expresarse desde otro lenguaje artístico.
“La dependencia” es su primer poemario, publicado por Olé Libros. Nace de la idea de plasmar los intensos vaivenes de una relación sentimental en la que el amor no es el eje central, sino la adicción y la dependencia emocional que mantienen viva la conexión, a pesar del dolor que genera.
La dependencia.
Este poemario nos guía en un viaje emocional sobre el apego convertido en una droga, el deseo, y la pérdida. Refleja un vínculo que atrapa tanto en la pasión como en el sufrimiento. Se siente la lucha interna entre querer olvidar y, al mismo tiempo, aferrarse al recuerdo.

POEMAS
2.
Error.
Tus ojos me muerden. Mirarte.
Verte de lejos. Tocarte.
Olvidar que en la guerra y el amor
todos pierden.
7.
Quédate ahí
intentando dormir
con tu olor en la almohada.
Me llevo el mío de tus sábanas.
Tu hambre insaciable.
Mi sed inmensa.
Apaga la luz
y cierra la puerta.
15.
Eres playa y eres mar.
Eres tu cuerpo desnudo
cubierto de sal.
Eres salsa y eres son.
Cada letra y cada canción.
Enterrarme en tu rostro
y soñar.
Lamer tu sabor
y soplar.
Estás clavado en mi talón
y no puedo caminar adelante ni atrás.
22.
Adicción
al laberinto de mentiras,
idas y venidas,
a la violencia desatada
a la que hice un altar
que veneraba.
Tapar el daño
con la fricción
de tu piel contra la mía.
Calma.
Respira.
Vísteme despacio que tengo prisa
por encontrar una salida.
31.
Tocarte.
Intento alejarme
pero mi voluntad no encuentra camino
y se entretiene.
Tu cuerpo, mi cuerpo.
Fricción, cimientos.
Lo quieres, te huelo.
Mi lengua, tu sal.
Mi sed, tu hambre.
Húmedo, suave.
Me miras, me siento.
Mi boca abierta, tu mano en mi pelo.
Necesitar tu carne,
chupar tu deseo.
Abrir mi piel
y mojarte,
lamer mi mano
y tocarte.