Estefanía Soto
(Sevilla – España, 1989)
Estudió Periodismo en la Universidad de Sevilla y Máster en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica.
Vinculada al sector de la comunicación, ha trabajado en varios países de Europa, donde ha residido los últimos años, como Alemania, Italia, Bélgica, Francia y España.
- En 2018 autoeditó Ellas, un libro de poemas y microrrelatos sobre la trata de mujeres que ilustró el artista Adrián Ssegura.
- Sus versos también están en el libro Inmortales, editado por Celia Tejada, y enmarcado en un proyecto cultural cuyo objetivo es dar visibilidad a la zona rural y despoblada del valle de Valderredible, en Cantabria.
- En 2020 recibe el accésit del premio de poesía Elena Martín Vivaldi, de la Fundación Sierra Elvira de Atarfe (Granada).
- En las dos últimas ediciones del Premio Águila de Poesía de Aguilar de Campoo (Palencia) ha formado parte del comité seleccionador.
- En 2022 viaja a Guinea Ecuatorial con el objetivo de participar en un proyecto cultural además de impartir un taller de escritura creativa y teatro.
- A propósito de este viaje escribe Cuadernos de Guinea: travesía incompleta. Trabajo que recibe Mención Especial del I Premio de Ecopoesía Puente del Guadiana, convocado por ACSAL y la Asossiação Casa Álvaro de Campos de Portugal.
- En abril de 2023, la editorial peruana Santa Rabia Poetry publica Cuadernos de Guinea: travesía incompleta. El libro se ha situado varias semanas en el top de novedades en Amazon Caribe y Latinoamérica gracias a su visibilidad en Círculo de poesía.
- En mayo de 2023 recibe el segundo premio internacional de microrrelato Parada Sil-Ribeira Sacra de Galicia.
- En julio de 2023 resulta finalista del III Certamen de Poesía “Raro de luna”.
- Muy vinculada al mundo de la cultura, actualmente dirige un programa de radio cultural sobre música, cine, arte y literatura, es actriz de teatro y también ha expuesto sus collages en distintas exposiciones artísticas.
POEMAS
VERSO, PERLA, PLUMA Y FLOR
Escribo desde el sofá de telas africanas
que recoge mi congoja.
El ventilador me dice que no
mientras seca mi pelo mojado.
La piscina me ha desenredado
los nudos de leona enjaulada
y este cuaderno me peina
los tirones que no alcanzo a alisar.
He tropezado con un verso
y una perla,
y una pluma y una flor
para decirle a Rubén Darío
que se siente conmigo, que me ayude
a contar un cuento
que pueda creerme también yo.
QUERIDA LIBERTAD
Volví a casa con las manos llenas
y el corazón a medias. Me subí al ático,
y las ventanas encogieron el ombligo.
Nos sincronizamos como lo hacen los gemelos.
Preparé la mesa con todos mis elefantes
dispuestos a desnudarse conmigo,
y escribí a mano lo que tenía en el pecho.
Esa presencia que fue humana y es recuerdo.
Lo que ahora leéis y fue motivo efímero de fracaso.
Un bochorno para mí misma, y costumbre
para mis pies, que los dejé a un lado.
Doné el peso de los años a un
funambulista
que no pasó el periodo de prueba.
Ahora que me he concedido la amistad,
me otorgo la libertad de andar
d e s c a l z a
ANTES TODO ESTO ERAN FANTASMAS
Miento por desconocimiento.
El sentido del cielo aquí es distinto.
También lo es el fondo de la cuestión
que limita mi existencia. La de cualquiera
que quiera ver más adentro.
Quema.
Rebusca ahora que no se enteran,
mantén en la memoria los datos que
confirmen los presagios negros de las aceras.
Como si no lo supieran.
Yo te aviso si los veo, –los fantasmas, digo–,
si tú me dices cuándo dejaré de verlos.
PAURA
Sin querer hablar de él, seguramente lo que más se repita
sea el miedo. Sin querer hacerlo protagonista de un viaje.
P E R O
Confinamiento voluntario y no podré ver
sus playas.
No podré mojar mis tobillos en esta agua que, de lejos,
parece conocida. De cerca, podría ser mi amiga.
Y esas palmeras, dobladas por el tiempo, no seré yo
quien las abrace para sentirme a salvo de este mundo.
Me quedaré con las ganas reprimidas de ser viajera,
mi gorro del verano cambió de estación
y ya está en Madrid.
Yo sigo aquí. Con el pescado en el congelador,
con leche para dos, y dos meses,
y agua embotellada para lavarme los dientes.
Seguramente aquí, sea donde más a salvo esté
de un panorama que se presenta hostil y excesivo.
Por eso escribir es algo más que una defensa,
es un descanso para todos lo que seguimos V I V O S
TRAVESÍA INCOMPLETA
No nos hemos despedido de este lugar
que nos ha apretado, que nos ha despertado.
No nos hemos despedido de este aroma
que grita libertad y escándalo, fuego y paz.
No nos hemos despedido de las voces
que cantaban que nos quedásemos,
de las instalaciones sin esqueleto,
del llanto esparcido en los armarios.
A r r u g a d o s
No nos hemos puesto la mitad de la ropa
apta para mosquitos hembra y largas travesías.
No ha sido en vano, pero ahora me pregunto
cómo lo hago, cómo reprimo esta valentía
que tuve o tengo, y que al rato hace estrago.